Amigos, aquí va el primer capítulo de un libro en el que estoy trabajando sobre la pipa y sus artes. En este texto hablo de las partes de la pipa, materiales, elaboración y poca cosa más. A ver qué os parece.
La pipa: partes esenciales
La pipa tal como hoy la conocemos, es desmontable y consta de dos partes: la cazoleta y la boquilla o pisadiente.
El agujero grande de la cazoleta, en el que se pone el tabaco, se llama hornillo. Y la parte de la cazoleta que conecta el hornillo con la boquilla se llama caño, cañón o caña.
Por su parte, la parte de la boquilla que se introduce en el caño se llama mecha.
El conducto que lleva el humo desde el hornillo hasta la salida del pisadiente o boquilla se llama tiro; dicho conducto puede mantener el mismo diámetro en toda su extensión o puede ensancharse en la mecha para albergar filtros de 6 ó 9 mm (estos últimos son los que podríamos considerar estándar actualmente). Muchos fabricantes dejan una balseta que es una cámara de expansión que consiste en una prolongación del agujero para la mecha, es decir: la balseta es un ensanchamiento del tiro que se encuentra entre el final de la mecha y el agujero del tiro que llega hasta la cazoleta.
También cabe decir que el tiro en el pisadiente es casi siempre es mas estrecho que en el cañon.
El tiro; filtros: ventajas e inconvenientes
Es habitual que muchas pipas lleven un artilugio metálico que normalmente se denomina "filtro" pero que no es tal cosa sino un enfriador. Este cacharro suele estar hecho de aluminio y puede tener mil formas diferentes. Su finalidad es la de enfriar el humo antes de que llegue a la boca del fumador, finalidad muy loable si no fuera porque por esa misma razón lo que hace es condensar la humedad que contiene el humo, pues éste tiene entre otros elementos una porción de vapor de agua.
Dicha condensación es la que, cuando llega a ciertos niveles, produce sonidos de gorgojeo al chupar la pipa; esa es la desagradable humedad que a veces llega a la boca del fumador, quien generalmente suele confundirla con saliva, siendo éste es un error muy extendido.
En la actualidad los buenos artesanos ya prescinden de ese condenado aparato que sólo sirve para juntar mugre, producir humedad y reducir el tiro de la pipa, con lo cual el fumador se ve obligado a pitar con mucha más fuerza de la necesaria para que el humo llegue a su boca. En cualquier caso recomendamos sacar el enfriador y guardarlo para la colección de artilugios inútiles o bien archivarlo definitivamente en el cubo de la basura.
Los filtros de verdad son esos complementos a través de los cuales circula el humo. En la actualidad los más extendidos son los de 9 mm. que son cilindros de cartón en cuyo interior hay partículas de carbón activado o pedacitos de espuma de mar (material del que hablaremos más adelante). También existen filtros de papel y de madera de balsa, aunque hoy en día están casi en desuso.
Cualidades que debe tener una pipa
Una pipa debe ser ligera y absorbente, y debe proporcionar un humo fresco y debe tener buen sabor.
Ligera para la comodidad del fumador.
Absorbente para enjugar la condensación que de forma natural e inevitable se forma en el tiro y en el hornillo durante la fumada.
El humo debe ser fresco, pues demasiado caliente puede dañar seriamente la lengua y el paladar del fumador, aparte de que el humo fresco es el que permite apreciar mejor el sabor del tabaco.
La pipa debe tener necesariamente buen sabor pues no todas las pipas saben igual aunque eso, claro está, no deja de ser una cuestión de gustos.
Materiales de la pipa: la boquilla
Lo habitual es que las dos partes de la pipa estén compuestas de materiales distintos.
Así las boquillas en la actualidad suelen ser de ebonita (vulcanita ) o de metacrilato. Existieron boquillas de ámbar, de asta de animal, de marfil, de concha de tortuga y de maderas varias.
La vulcanita o ebonita no es más que el resultado de mezclar caucho con azufre. Este material, casi siempre negro, tiene una cierta elasticidad que hace que su tacto con los dientes sea más suave y agradable que los demás materiales. Sin embargo tiene el gran inconveniente de afearse con el tiempo, pues se oxida (especialmente si queda expuesta a la luz solar) y se torna de un feo color verdoso. Ello se arregla con un buen pulido.
El metacrilato es una resina sintética de gran dureza y brillo, no se afea nunca y se mantiene siempre como el primer día. Además permite no sólo variedad de colores sino también colores que hacen aguas, marmolados, nacarados y mil variaciones cromáticas.
Eso sí, al ser un material de mayor dureza que la ebonita se siente más dura la mordida. Claro está que ambos son materiales excelentes, que ninguno de los dos resulta perjudicial para el esmalte de los dientes (esto está consultado con un dentista: nuestro esmalte dental es durísimo). Hay fumadores que prefieren uno de ellos, pero no conozco ninguno que tenga aversión a ninguno de los dos.
Para saber si una boquilla es de ebonita basta con frotarla enérgicamente entre los dedos, hasta calentarla un poco. Si entonces desprende un olorcillo a caucho (como a neumático) es que es de ebonita. Si es inodora, lo más seguro es que sea metacrilato (tratándose de una pipa moderna, si es antigua puede ser de asta si es oscura, de ámbar si es de color anaranjado o marfil si tiene el color blancuzco característico).
Materiales de la pipa: la cazoleta
Históricamente han existido cazoletas de barro, de porcelana, de espuma de mar, de olivo, de raíz de brezo, de cerezo, de mazorca de maíz y de maderas exóticas.
Lo curioso es que ninguno de estos materiales se ha descartado a lo largo del tiempo, como ocurrió con los materiales de la boquilla. Sin embargo en la actualidad las reinas son la raíz de brezo y la espuma de mar.
Antes de centrarnos en ellas, demos un breve repaso a los otros materiales.
Las pipas de barro o arcilla blanca, suelen ser de una sola pieza la cazoleta y la boquilla, aunque existen algunas con boquilla de ebonita o de metacrilato. La arcilla es un material neutro que no aporta ni resta nada al sabor del tabaco, por lo cual se las llama también pipas de test pues son las que se usan para probar las mezclas de tabaco antes de producirlas para la venta. El principal inconveniente que presentan es su fragilidad, y que las cazoletas son de paredes muy finas y se calientan horrorosamente para grave peligro de las manos del fumador.
Las pipas de porcelana, las típicas pipas tirolesas, además de calentarse igual que las de arcilla y ser igual de frágiles, presentan además el inconveniente de que proporcionan un humo áspero y picante. Son pipas que recomendamos para colección pues, sobretodo las antiguas, tienen bellísimas pinturas o esmaltes en la cazoleta.
El cerezo es una buena madera para pipas, aunque transmite un leve dulzor al tabaco. Su principal inconveniente es que es fácil que se queme.
El olivo es una bellísima madera, que es algo más resistente al fuego que el cerezo, sin embargo otorga un particular sabor a la fumada que desvirtúa levemente el genuino sabor del tabaco.
La mazorca de maíz es un material excelente y barato. Estas pipas se hacen a partir de una variedad de maíz creado especialmente para que dé una mazorca especialmente dura y cuyo grano no es comestible. La caña se hace a partir de una madera bastante dura a la que se le dibuja la trama de la mazorca. También es de madera el fondo de la cazoleta. Las pipas de maíz endulzan levemente el humo sin desvirtuar en absoluto el sabor del tabaco. Estas pipas tienen una vida muy corta, pues se queman con relativa facilidad pero son la compañía ideal para excursionistas y aventureros, pues proporcionan una fumada fresca y dulce al tiempo que no requieren cuidados ni precauciones.
La espuma de mar o meerschaum
Es un mineral (silicato acuoso de magnesio) blanco, blando y muy poroso cuyas mejores calidades se extraen de minas en Eskisehir, en la provincia de Anatolia, en Turquía, aunque también se utilice la espuma de Tanzania y de Sudáfrica, que se clasifican como african coral. El silicato acuoso de magnesio es un material extraordinariamente absorbente a la par que ignífugo y un excelente disipador del calor (los motores de los aviones llevan un revestimiento de una variante impura, y más abundante y económica, de este material).
La pipa de espuma de mar brinda una fumada muy seca y fresca, ya que el mineral absorbe por completo la humedad de la fumada y disipa perfectamente el calor de la combustión.
Eso sí, al tratarse de un material tan absorbente, toda la pipa actúa un poco a modo de filtro, de forma que en estas pipas el tabaco pierde algo de su sabor y bastante de su fuerza (entendida como cantidad de nicotina). Por esta razón es que existen filtros de 9 mm. en cuyo interior hay minúsculas piedrecillas de espuma de mar, ya que retiene parte de los componentes del humo.
Son célebres las pipas de espuma de mar por las tallas a veces complicadísimas y muy artísticas con las que las decoran los artesanos turcos, aunque tal vez el motivo más típico sea el de "cabeza de moro". Antiguamente estas pipas se manufacturaban en el centro de Europa, siendo las más valoradas las producidas en Austria, pero actualmente la ley turca impide la exportación del mineral en bruto, por lo cual toda la producción de pipas de espuma de mar legítima y de calidad viene de Turquía.
Otro caso son las pipas de espuma aglomerada, que al parecer se producen en los Estados Unidos y que nadie vende como lo que son, sino que se intenta siempre "colarlas" por espuma legítima (bloque, o block). La espuma aglomerada se caracteriza por su mayor densidad que se traduce en mayor peso por cm3 y por su escasa o nula porosidad, lo cual hace que produzca fumadas deplorables.
El truco para distinguir la espuma auténtica de la falsa consiste en limpiar con un trapo seco el interior de la pipa, mojarse la punta del dedo, introducirla en el hornillo y presionar contra la pared del mismo. Si el dedo se queda pegado a la cazoleta (debido a que la espuma absorbe completamente la humedad) tenemos en la mano una espuma legítima. Si, por el contrario, el dedo resbala contra la pared del hornillo, se trata de una espuma aglomerada.
Hay que decir que existen muchas calidades de espuma de mar dependiendo de su peso, densidad, tensionado y pureza, siendo las calidades más altas cotton-piece, museum, 2M y 3M (la M es de museum). Muchas de estas calidades se dividen en subcategorías y en total son tal vez más de cien las que distinguen los artesanos del ramo.
La raíz de brezo
Se trata de una variedad de brezo, la erica arborea que crece en la cuenca mediterránea y en cuya raíz se forma una especie de tumoración que se convierte con los años en una gran bola de madera, a partir de la cual se hacen la mayoría de las pipas de hoy en día.
La calidad de una pipa depende de la calidad de la madera y ésta depende en su mayor parte de un correcto curado es decir, del tratamiento que debe recibir antes de estar lista para ser tallada en forma de pipa.
Ante todo el tubérculo es cortado en tacos desechando la parte central pues allí la madera es demasiado densa y pesada. Los tacos son hervidos por muchas horas o incluso días para eliminar toda la savia y los taninos que contenía la planta viva. De esta manera queda la microtrama de la madera libre de todo contenido. Simplificando drásticamente podríamos decir que la madera está formada por un entramado de capilares o tubos microscópicos, a través de los cuales circula la savia de la planta, y se forma con la parte leñosa y por ende más dura de la planta. Ese entramado de capilares es lo que llamamos la microtrama, y es la que por el principio de capilaridad, una vez eliminada la savia y demás contenidos, hace que la madera sea tan absorbente.
Luego se deja fermentar cubierta por telas impermeables para que enmohezca, de esa forma luego la madera se secará sin rajarse al tiempo que el moho se come el resto de sustancias orgánicas blandas que pudieran quedar en la madera, de forma que quede sólo la parte dura o leñosa. Después del fermentado el brezo debe ser estacionado o embodegado por meses para que acabe de secarse, siendo siempre el mejor el brezo que lleva más tiempo estacionado.
A partir de ahí el taco, o esbozo, o escalaborne o ébauchon (que de todas estas formas se le llama) está listo para ser tallado o torneado. Existen dos tipos de corte del taco que determinan el acabado de la pipa: el taco normal, del que se tallan pipas "normales", y la placa o plaqué que es un taco uno de cuyos lados se deja con la superficie exterior del tubérculo sin pulir (solo se elimina la corteza) que queda con una apariencia rugosa muy característica que luego se respeta al tallar la pipa, generalmente tallada a mano para aprovechar al máximo las posibilidades de la madera; lo más habitual es que la superficie rugosa natural de la madera se deje para el borde del hornillo.
Cualidades del brezo
Este material es actualmente el que domina el mercado ¿Por qué? Pues por su belleza, su porosidad, su liviandad y, sobretodo, porque es extremadamente resistente al fuego, prácticamente incombustible. Además es relativamente barata y mucho más fácil de conseguir que la espuma de mar (esta sólo se exporta manufacturada, nunca en bruto por imperativo legal turco). Sumado a ello hay que decir que mantiene incólume el sabor del tabaco, con la salvedad de que tiene una leve tendencia a retener sabores; así tras haber fumado un tabaco con un sabor muy pronunciado, ese sabor puede quedar de fondo en las siguientes fumadas, aún cuando se esté fumando un tabaco distinto.
Calidades del brezo
Todo brezo es igual de bueno si ha sido bien cortado eliminando el corazón de la cepa y las partes en las que se ha ramificado la raíz (ya que en estos lugares la madera es más densa y por ende más pesada y menos absorbente) y bien curado, o sea bien hervido y con la microtrama libre de savias y taninos.
Sin embargo, al igual que todos los diamantes son buenos para cortar cristal no todos son buenos para una joya, el brezo se divide en calidades según sus cualidades estéticas. Se considera una madera perfecta aquella que está libre de máculas y agujeros y que además luce un veteado recto y uniforme. Cuando el veteado no es uniforme ya estamos en una calidad inferior o si tiene agujeritos debidos al gusano o a la intrusión de arena o piedras en la raíz, aunque estos agujeritos son tapados con masilla y disimulados con tintes. Claro está que cuando nos encontramos ante pipas de bajo precio es porque son pipas con un veteado feo o irregular y/o con muchas masillas; de hecho, una pipa cara y una con masillas pueden proceder de la misma planta y tener idéntico proceso.
Atención, hay que destacar que la pipa barata no tiene porqué funcionar peor que una pipa carísima. Recordemos que la pipa es un instrumento para fumar y que debe tener buen sabor, ser liviana, absorbente, y debe rendir un humo fresco, propiedades todas ellas que no están reñidas en absoluto con vetas desparejas o con agujeros de gusano.
Los acabados
La pipa acribillada de agujeritos o con algún agujero grande suele ser la mejor candidata al rusticado. Este es un acabado que se le hace a la pipa ya tallada o torneada y que consiste en grabar toda su superficie con unas herramientas especiales (a menudo diseñadas y construidas por el propio artesano) de forma que la pipa queda con acabado rugoso relativamente homogéneo.
Cuando la pipa tiene un hermoso veteado pero no se puede dejar natural por tener agujeritos aunque pequeños, puede ser arenada (en inglés sandblast, en francés sablée, en italiano sabbiata) ello consiste en someter la pipa a la acción erosiva de un chorro de arena a presión, que rebaja las partes blandas de la veta quedando las duras en relieve. El resultado es un acabado rugoso pero que realza el dibujo natural de la madera. Hay que puntualizar que no todos los artesanos disponen de máquina de arenar, pues supone una inversión fuerte en la propia herramienta y en espacio.
Cuando la pipa tiene un veteado revuelto y/o agujeros discretos, la pipa puede masillarse donde sea preciso y disimular masillas y veta fea a base de tintes negros, o marrones muy oscuros o de colores vivos; luego se encera con cera de carnaúba (una cera vegetal muy dura) y se lustra para abrillantar.
Cuando la pipa tiene un hermoso veteado y alguna mácula entonces se disimulan los defectillos con un poco de tinte, pero no tanto como para eclipsar la veta de la madera. Luego se encera y se abrillanta.
Cuando la madera es perfecta, con una bella veta y sin agujeros ni otros inconvenientes, entonces la pipa se deja en su color natural, procediendo sólo al encerado.
Existen también pipas barnizadas pero las desaconsejamos vivamente, ya que el barniz la mayoría de las veces tiende a levantarse en forma de ampollas y quebrarse cuando la pipa se calienta al fumarla. Además reduce mucho la capacidad de disipación de la humedad del brezo al tapar los capilares de la microtrama.
Las inserciones de otros materiales como remate estético de la pipa generalmente se hacen en forma de anillos que se colocan a modo de nexo entre la boquilla y el caño. Pueden ser de materiales muy diversos como metacrilato (generalmente imitando materiales como el marfil o el ámbar), de materiales nobles como puedan ser maderas preciosas, asta de animal, hueso, marfil o metales como el níquel, la plata o incluso el oro. La función de estos anillos suele ser simplemente ornamental y pueden ir pegados bien al caño o bien a la boquilla, aunque existe una excepción en el caso de los anillos metálicos que se colocan rodeando el borde del caño, pues entonces sí que desarrollan una función práctica, que es la de reforzar el caño ante eventuales roturas. De hecho el caño es el lugar por el que se suelen romper la mayoría de las pipas al retirar o volver a colocar la boquilla tras la limpieza de la pipa, por eso un anillo que refuerce este punto es muy útil, pues prácticamente elimina la posibilidad de esta avería.
Pipa artesana vs. Pipa mecanizada.
Hay dos grandes tipos de pipa de brezo, la artesana y la mecanizada.
La pipa mecanizada es la pipa que podríamos llamar hecha en serie. El proceso es el siguiente: se fija el taco o esbozo en el torno, se lo hace girar a la velocidad adecuada contra un juego de cuclillas fijo que siempre produce la misma forma. Este proceso se repite dos veces con dos juegos de cuchillas distintos: para la parte superior de la cazoleta y para el caño. La parte inferior de la cazoleta y el ángulo que forma con el caño se acaban a mano aunque, naturalmente, con herramientas eléctricas.
La inmensa mayoría de pipas son mecanizadas, pues son las más económicas de producir aún tratándose de pipas de marcas prestigiosas y muy caras. Claro está que luego de hacer una cazoleta de esta manera es cuando aparecen los agujeros de gusanos o de piedrecillas, o aparece una veta maravillosa y perfecta, y es por eso en este momento cuando se catalogan las cazoletas por su calidad estética y según ésta calidad se destinan a los diversos acabados que hemos comentado más arriba.
La pipa artesana es la que se hace sin cuclillas fijas, es decir, el artesano decide qué forma tendrá la pipa dependiendo del veteado que muestre el esbozo con tal de aprovechar al máximo el dibujo de la madera y que luzca lo mejor posible. Por ello también se va modificando el modelo a medida que se trabaja con tal de eliminar las imperfecciones que pueden aparecer durante el tallado.
Evidentemente estas pipas deberían ser las más caras del mercado, pero el precio de una pipa no lo marca sólo la calidad de su manufactura ni la calidad de los materiales sino que intervienen y de forma determinante factores de tipo comercial como por ejemplo es prestigio de una marca. De esta manera encontraremos algunas pipas mecanizadas mucho más caras que algunas pipas artesanas, dependiendo tal cosa de quién firme la pipa.
A menudo ocurre que el mismo productor hace ambos tipos de pipa, mecanizadas y artesanas aunque en ocasiones las distingan con marcas diferentes. Las artesanas suelen ser las procedentes de plaqué, no de escalaborne y se hacen así para minimizar el riesgo de que la máquina pueda hacer aparecer imperfecciones que arruinen la pipa. Y es que un plaqué es bastante más caro que un escalaborne o ebauchon.
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