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Salimos el sábado por la mañana desde el club, ïbamos armados de nuestros látigos, pistolas y nuestras sonrisas más cínicas, bien calzados con gruesas botas y cubiertos con un sombrero de fieltro.... NOOOOO!!! no es así!. Salimos el sábado a mediodía, después del típico trasnoche de algunos, las compras en Hipercor de otros y el desayuno tardío del último, que bien podría ser el primero.
No teníamos un plan, lo que se dice un plan, pero teníamos una idea clara: queríamos ir a buscar pipas antiguas en el mercat de los Encants Vells, uno de los mercados más populares de Barcelona, que vendría a ser como un Rastro en Madrid o un Marché aux Puces en París. Todo coleccionista de antigüedades sabe de las grandes oportunidades que puede encontrarse si va a uno de estos lugares: en vaciados de casas por el motivo que sea, lo más antiguo, lo que nadie quiere va a parar a manos de todo aquél que quiera sacar algún dinerillo en un sitio como los Encants Vells. Hoy en día, somos más bien pocos (todo hay que reconocerlo), los que fumamos en pipa, según como podríamos considerarnos unos "clásicos", según como unos frikies. Pero en lugares como éste puede apreciarse que en el pasado sí se utilizaban, y en ocasiones, mucho, estos objetos. Por ello, también los fumadores/coleccionistas de pipas consideramos a este tipo de lugares, una de nuestras "mecas".
Pues bien, las pipas que uno puede encontrarse en estos lugares pueden estar en grados muy variables de conservación. Algunas no vale la pena ni mirarlas, otras, de marcas prestigiosas, o incluso rarezas auténticas, si tienes la suerte de que pasen por tus manos hay que hacer lo posible por conseguirlas y en esto, casi no importa el estado de conservación pues hay métodos para devolverlas a un estado "decente".
Iniciamos nuestro particular itinerario, soñolientos (al mediodía) pero con ganas de hacer algún hallazgo. Hacía algo de calor meteorológico, pero sobre todo humano, pues la cantidad de gente de todas las razas que se concentra aquí en sábado es notoriamente importante. Después de una serie de codazos, pisotones, empujones disimulados, etc... encontramos nuestro primer desguace: NADA. Había algunas cámaras super 8, alguna máquina de escribir antigua, cuberterías de la época de Madame Pompadour y hasta alguna boquilla de puros tallada en "espuma de mar", pero ninguna pipa. Seguimos nuestro itinerario, siguiente desguace: una pipa sin marca, agujereada por el hornillo, basura!. Seguimos, seguimos, seguimos... Ya empezábamos a cansarnos, no tanto por la caminata, sino por el calor (de los dos tipos), los empujones, pisotones, etc... y porque teníamos la sensación de que no encontraríamos nada. Pasamos a otra parte del mercado, en la cual ya no era tanto desguace, sino tiendas de antigüedades, en plan tenderete, más que tienda propiamente dicha. Utensilios de todo tipo, encendedores de gas, algunos de buena calidad, cuchillos, cuberterías, vajillas, esculturas art déco, lamparillas, teléfonos antiguos, viejas radios, pero de pipas, nada!... Decidimos dejarlo. En el último momento descubrí una pipa de estilo alsaciano, aparentemente de madera de la que pedí incluso el precio. No era nada cara, si era lo que decía ser, pero un cuidadoso exámen permitió evidenciar que si bien una parte de la pipa era de madera (la boquilla), el hornillo o cazoleta... eran de plástico!!!
Volvimos al club con una cierta decepción pero "siempre positivos", otro día "habrá mejor caza!"